Por María Belén Cámpora, fundadora de Rouge Intime
Nací en Morón, tengo 28 años y una hija que me enseñó el verdadero significado del amor y la fuerza. Mi adolescencia fue bastante complicada, de esas que te hacen crecer antes de tiempo… pero algo en mí siempre supo que había algo más esperando del otro lado. Que si no encontraba mi lugar, lo iba a construir con mis propias manos.
Pasé por trabajos que me dejaron lecciones y agotamiento: un fast food de comida rápida y una barberia. No volvería jamás, pero agradezco todo lo que aprendí ahí. Fueron experiencias que me marcaron y que me ayudaron a entender que lo mío no era cumplir horarios para otros, sino crear algo que me hiciera sentir libre. Libre para estar con mi hija, libre para decidir, libre para soñar.
Así nació Rouge Intime, a fines de 2021, con la certeza de que la lencería no debía tener talla única ni cuerpos “ideales”. Empecé revendiendo conjuntos que me gustaban, y el primero se lo vendí a mi mejor amiga. Después venían los del gym, las mamás del jardín, las amigas de amigas… Rouge fue creciendo como una cadena de confianza.
Y sí, también hubo momentos en los que dudé de todo. Me separé de mi ex socia y tuve que seguir sola, sin un peso, con miedo y mil preguntas. Pero ahí es donde aparece la verdadera emprendedora: cuando estás en la tormenta, sin paraguas, y aun así salís a caminar. Importé productos, aposté a talles grandes, aprendí a confiar en mi intuición.
Hoy todo lo que ves en Rouge lo hice con mis manos, mis ideas, mis errores y mis ganas de no soltar. Y aprendí que los límites más fuertes no están afuera, están en la cabeza. Y que cuando los corrés… lo que viene es magia.
Rouge no es solo lencería. Es comunidad. Es amor propio. Es esa sensación de “esto fue hecho para mí”. Porque lo fue. Diseñamos conjuntos para cuerpos reales, para mujeres reales, para que cada una se sienta escuchada, vista, deseada.
Mi sueño es que Rouge llegue a todos lados, que no haya una sola mujer que no sepa que puede sentirse sensual sin pedir permiso.
Y si estás leyendo esto con ganas de animarte a emprender, te dejo este consejo:
“Tirate a la pileta, aunque esté medio vacía… total, después la llenamos entre todas.”